Para hablar sobre la posible existencia de vida en el Universo es necesario darse cuenta de la insignificante mota de polvo que somos. Para ello, puede ser de utilidad hacer algunos números. Se estima que el número de estrella en la Vía Láctea es de unas 10^11 estrellas. Por otro lado, se estima también que el número de galaxias en el Universo puede ser del orden de 10^11. Por tanto, podemos decir que, muy aproximadamente, puede existir del orden de 10^20-10^25 estrellas en el universo. Si una persona no se asombra al ver este número, es recomendable que escriba en un papel un 1 seguido de 25 ceros. Se dará cuenta de que (a tamaño normal de letra) necesita toda una línea de la hoja para poder escribirlo.
Es evidente que no todas estas estrellas tendrán planetas orbitando a su alrededor. Y que, de las que sí los tengan, no tadas estarán en un estado evolutivo favorable para la formación de vida. Por ejemplo, por encontrarse en los primeros estadios de su vida en los que la estrella es altamente eruptiva enviando enormes cantidades de materia y radiación a us alrededores; o estrellas en los últimos estadios de su vida que se encuentran expandiéndose o contrayéndose.
Pero no sólo eso, suponiendo que la estrella está en la fase “tranquila” de su vida (secuencia principal) y que tiene planetas orbitando a su alrededor, estos han de estar situados en una determinada zona que hemos llamado zona de habitabilidad y que se revidsará de nuevo más tarde. Dicha zona es bastante restrictiva pues indica un rango de órbitas en las que deben estar los planetas para que se den algunas de las condiciones necesarias para la vida. Es pues evidente que no todas las estrellas en fase de secuencia principal que alberguen planetes, los van a tener orbitando en esta zona. Sin embargo, supongamos que encontramos un planeta con todas las características anteriores a favor. Aún así, no todos tendrán vida. Un claro ejemplo es Venus que, cumpliéndose todo lo anterior, pensamos que la posibilidad de existencia de vida allí (obviamente, no inteligente) es remota.
En definitiva, nos encontramos ante un balance estadístico entre las muy especiales características que se requieren para la formación de vida en un planeta y la gran cantidad de estrellas en el universo que pueden albergar planetas. ¿Cuál de las dos desequilibrará la balanza? Y, en caso de existir vida en otros planetas fuera de la Vía Láctea ¿podremos llegar a saberlo algún día? Ahora empezamos a conocer los los primeros cientos de exoplanetas detectados a tan solo unos cuantos centenares de parsecs de nuestro Sistema Solar ¿albergarán o habrán albergado vida alguna vez? Son preguntas que probablemente se puedan responder en este siglo y que están suponiendo en la actualidad un gran esfuerzo científico-tecnológico.
jlillo
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