Iniciamos esta nueva sección sobre Astro-Inventos en “Eppur si muove” con uno de los descubrimientos del embajador de esta web: Galileo Galilei. Y es que este astrónomo y matemático italiano no sólo se dedicó a observar el cielo y comprobar que el movimiento de los astros no podía corresponder con un universo geocéntrico sino que debía ser la Tierra quien girase alrededor del Sol. Además, trabajó en otros muchos conceptos que hoy en día utilizamos prácticamente a diario. Uno ejemplo de ello es el astro-invento que presentamos hoy: el termómetro.
Aunque este invento no se le puede atribuir única y exclusivamente a él sino al desarrollo paulatino de mecanismos que previamente desarrollados, Galileo fue quien realmente compiló dichos mecanismos para, finalmente, desarrollar el termoscopio (ver imagen). La denominación de termómetro vino posteriormente con la invención de una escala con la que comparar unas medidas con otras. Y en esto también contribuyó un astrónomo sueco cuyo apellido seguro que nos suena a todos: Anders Celsius. En 1742, este astrónomo propuso la escala de grados Celsius cuya peculiaridad reside en definir el cero en el punto de congelación del agua y 100 para el punto de ebullición, y es la que usamos en Europa y gran parte del mundo.
Las aplicaciones de los termómetros son innumerables. Desde clínicas, para medir la temperatura corporal, pasando por el control térmico de cámaras frigoríficas de almacenamiento de alimentos (crucial para el correcto almacenaje de los mismos) o de los reactores nucleares, hasta los sensores térmicos de los aviones que avisan de posibles formaciones de hielo en sus trayectorias aéreas.
jlillo
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